
“Tan cerca de Palacio Nacional y a la vez, tan lejos de la candidatura presidencial”.
EDITORIAL/ Plaza Independencia

Si el canciller Marcelo Ebrard, en verdad pretende posicionarse como una “opción real” de cara al 2024, no debería volver a cometer el error, de tratar de ocultar, lo que ya es evidente a ojos y oídos de la gran mayoría de los mexicanos.
Vivir en “la realidad paralela” que ha construido “el personaje que habita Palacio Nacional”, es una “cualidad” que desde el primer día de la actual administración federal, se ha erosionando, en el terreno de lo absurdo e irreal.
Y ese fue precisamente “el resbalón” de Marcelo Ebrard, cuando contestó a la plana mayor del Gobierno de Estados Unidos, sobre la inasistencia del Fiscal Gertz, a la más reciente visita de Joe Biden a México. Palabras más palabras menos, Ebrard habría respondido que se trató de “un problema de agenda”.
Esto para no “descuadrar” -seguramente- el discurso oficial del Presidente de México, con su homólogo gringo. El mensaje del canciller, en otras palabras, fue únicamente para que lo escuchara precisamente su jefe.
Pero la realidad es que los gringos ya sabían que el Fiscal General se encontraba, desde hacía varios días, en una clínica del Baltimore en Estados Unidos, enfrentando una etapa avanzada de cáncer en el páncreas. Hoy millones de mexicanos no solamente lo saben, se dan además perfectamente cuenta de “el tamaño” del dedo y “calidad” de atole que se oferta, todo los días, en este país.
La cada vez más deteriorada salud del Fiscal General Gertz es -por varias razones- literalmente “una bomba de tiempo” para el actual Gobierno Federal. Al grado de que el ex Presidente Magistrado de la Suprema Corte Arturo Saldivar, se niega asumir dicho cargo, precisamente por las nada democráticas “responsabilidades” que le encomendó López Obrador a Gertz, desde el 1 de Diciembre del 2018 y que él tendría que cuidar, llevar y aplicar, hasta después de las elecciones del 2024.
Pero esa, esa es harina de otro costal, la cual seguramente muy pronto, aquí mismo degustaremos.
Amigas y amigos. Lo cierto es que llegaron los tiempos de las definiciones. ¿Qué gana Marcelo Ebrard con seguir abonándole al “Castillo de Naipes” que construyó afanosamente López Obrador, durante los últimos 5 años? ¿Qué no para eso está Claudia o Adán Augusto?
¡Qué alguien nos explique!