Es oficial. La ministra Jazmin Esquivel ostenta ilegalmente el título de abogada.
EDITORIAL/ Plaza Independencia
El comunicado emitido ayer miércoles, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en donde se confirma que la tesis de titulación de la Magistrada Yasmín Esquivel, es una “copia sustancial” -de otro estudiante de la UNAM- es motivo suficiente para que la esposa del empresario José María Rioboo, deje inmediatamente de ocupar un espacio, en el máximo Tribunal Judicial de nuestro país.
Y lo planteamos de esta manera, porque ayer mismo, la máxima casa de estudios de nuestro país dejó en claro que será la Secretaría de Educación Pública (SEP) la que habrá de pronunciarse, en todo caso, para retirarle el grado académico que ostenta ilegalmente Jazmín Esquivel.
Tómenlo con calma, acomódense bien, porque lo más seguro es que la SEP de Lety Ramírez, poco o nada resolverá en este asunto. Al tiempo.
En realidad, serán los 10 magistrados restantes, encabezados por la nueva Presidenta Norma Piña, quienes habrán de valorar el escándalo de la ministra Esquivel, que a “todas luces” afecta la integración colegiada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante los retos que se vienen en éste y el próximo año.
Hay que recordar que dentro de “las urgencias” que habrá de enfrentar en el 2023 Norma Piña, al frente del Poder Judicial en México, está el marcar una “sana distancia” con el Poder Ejecutivo, para poder resolver en primera instancia y de manera autónoma e imparcial, las impugnaciones al llamado “Plan B” electoral de López Obrador.
Nadie puede negar que para comenzar a abordar “los grandes pendientes” que ha dejado en “la congeladora” el Poder Judicial en México, se tendrá que resolver antes e inevitablemente el escollo político-electoral, que propició de manera intencional la actual administración federal.