
¿Revocación de Mandato, para Gobernadores y Alcaldes?
CAMBIO VERDADERO/ Rosy Hurtado

En mi artículo del pasado 14 de enero analicé los datos de la inflación acumulada registrada a la mitad y al final de cada sexenio desde el gobierno de Salinas de Gortari hasta lo que va del gobierno de AMLO. El ejercicio resultó interesante pues, aunque se dice que las comparaciones son odiosas, en el análisis de indicadores como la inflación resulta indispensable.
La Revocación de Mandato es un ejercicio democrático que, de acuerdo a lo establecido, deberá realizarse en cada sexenio, tentativamente al completarse los tres primeros años de gobierno del presidente en turno.
Con base en lo anterior, y para dimensionar la utilidad de dicho ejercicio, resulta necesario hacer un análisis de los resultados entregados por los presidentes anteriores a la mitad de sus sexenios y con base en dicho análisis ponerlos en el contexto de una hipotética Revocación de Mandato.
Desde los primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto los mexicanos teníamos claro que la corrupción estaba con todo y en todos lados, incluso el presidente en 2014 nos regaló una de sus tanta tristes y desafortunadas frases célebres: “la corrupción es un asunto cultural”, como tratando de justificar los actos deshonestos de su administración y queriendo meter a todos los mexicanos en ese mismo costal, cuando me queda claro que la gran mayoría nos conducimos con honradez.
A la mitad del sexenio peñista la entrega de recursos naturales propiedad de la nación a particulares (muy particulares, más bien amigos-cómplices), era una prioridad bajo la fachada de “reformas estructurales para lograr la apertura a la inversión privada y lograr la modernización”, lo pongo entre comillas porque con el tiempo hemos comprobado que lo único que buscaba la cúpula política era beneficiarse sin importar las consecuencias para la actual y futuras generaciones de mexicanos.
La seguridad ha sido, como lo ha dicho el presidente, el rubro donde más ha costado avanzar sin olvidar que el éxito en dicha estrategia depende en gran parte de una real coordinación y cooperación entre los tres órdenes de gobierno, lo cual, a mi parecer no se ha logrado.
Con todo lo anterior queda claro que la revocación de mandato es un muy necesario ejercicio democrático, un mecanismo que por primera vez en la historia de México el pueblo tendrá la oportunidad de decidir si el presidente en funciones no está a la altura de los mexicanos se va, pero si lo está haciendo bien se queda, a consecuencia las autoridades no se sentirán intocables ni actuaran con impunidad, lo que trae consigo una pregunta obligada:
¿La revocación de mandato debe aplicarse también a gobernadores, presidentes municipales, diputados?
Yo opino que sí, por ello la importancia de que todos salgamos a emitir nuestro voto el próximo 10 de abril, pero, ¿Ustedes que opinan? Recuerden que el cambio verdadero lo hacemos todas y todos.