Otra vez un temblor, otra vez en Septiembre, otra vez en México.
Por Claudio G. Osornio /Cronica
La apacible noche de septiembre ya caía a plenitud, en Acapulco Guerrero cuando la tierra se cimbró. Locales y visitantes se asombraron por igual. Hacía más de un siglo que no se presentaba un fenómeno de esa naturaleza y de esa magnitud en las costas del estado de Guerrero.
El terremoto de Guerrero de 1907, también conocido como terremoto de “Acapulco-San Marcos” de 1907, fue un sismo ocurrido minutos antes de la media noche, de un miércoles 14 de abril de 1907, que alcanzó una magnitud entre los 7.9 grados.
El epicentro se localizó en la costa de Guerrero, entre el puerto de Acapulco y la localidad de San Marcos, en el sur de México.
A diferencia de aquella ocasión, el epicentro del terremoto del pasado lunes, fue a unos kilómetros de tierra firme. Ya en ultramar y a más profundidad. Y mucho más alejado, por consecuencia lógica, de la Ciudad de México. Lo que sin duda alígeró sus efectos.
De cualquier manera, en esta ocasión, la zarandeada fue suficiente para que millones de personas, perdieran el aliento. En Acapulco, en la Ciudad de México, en Hidalgo, en Puebla, incluso en nuestro querido Querétaro, en nuestro amado San Juan del Río.
Las imágenes de luces relampagueantes en el cielo, gente corriendo por las calles, ataques de ansiedad de mujeres y niños, lámparas moviéndose al interior de domicilios, mujeres rezando arriba del “el cable bus”, fueron algunas de las imágenes que circularon e inundaron las redes sociales el pasado lunes.
En el temblor de 1907, Acapulco y otras localidades cercanas a la zona epicentral fueron las poblaciones más afectadas, además de los daños sufridos en la Ciudad de México. El movimiento telúrico estuvo acompañado incluso posteriormente por un tsunami que afectó la costa de Guerrero. Es considerado uno de los sismos más grandes registrados en México a principios del siglo XX.
Irónicamente al igual que en 1907, en esta ocasión sólo falleció una persona.