NO IR A VOTAR -por esta ocasión- es la mejor opción.
SIEMPRE AGUERRIDA / Ana Lilia Aguirre.
Primero establezcamos que el ejercicio se llama REVOCACIÓN DE MANDATO. Es decir, ir a votar para decidir si dejamos al presidente continuar su mandato o bien consideramos que sería mejor removerle de su encargo.
REVOCACIÓN DE MANDATO dista mucho de una “Ratificación de Mandato” que es en realidad la que están promocionando los adeptos del Presidente, lo cual de entrada al hacerlo ya están promocionando la figura presidencial. Con ello se trata de engañar al ciudadano respecto del verdadero sentido de la consulta.
Haciendo honor a mi formación de Contadora Pública; hablemos de números y lo primero en finanzas es preguntarnos por el costo beneficio de un desembolso.
Analicemos:
Por principio de cuentas organizar la elección presidencial de 2018 costó al estado Mexicano más o menos una suma aproximada de $28,000 millones de pesos. Se prevee que la consulta de revocación de mandato costará aproximadamente $3,830 millones de pesos Apreciables cantidades que de entrada pueden utilizarse por ejemplo para comprar el medicamento contra el cáncer, o surtir medicamento a los centros de salud, que en estos días están escasos o simplemente inexistentes,. No me dejaran mentir los compañeros usuarios de estos servicios.
Ahora bien, el ejercicio de revocación de mandato establece que, se requiere por lo menos el 40% de votos de los ciudadanos que conforman el Padrón Electoral a efecto de hacer vinculante el resultado, es decir necesitamos que voten poquito más de 37 millones de ciudadanos para tomar en cuenta el resultado, situación que de entrada es complicado considerando que, al no existir una contienda electoral como tal, no existe el impulso que da la pasión por la competencia entre partidos y candidatos. Cuando se compite entre todos los partidos la media de participación ciudadana escasamente llega al 57 o 58%, de ahí que se vea complicado y difícil llegar al 40% en estas circunstancias. Pero bueno confiemos en que no hay nada imposible.
Pensemos en positivo y consideremos que se da una participación ciudadana mayor al 40%, ?¿qué sucedería en ese caso?. El congreso a través de la comisión permanente tendría un plazo de 30 días para nombrar a quien sustituya al presidente, mientras convoca a elecciones, posteriormente tendría otro plazo de treinta días para convocar a elecciones, elecciones que no pueden llevarse antes de los 7 o después de 9 mese de expedida la convocatoria, por lo cual el proceso de nombrar a la persona que concluiría el sexenio 2018-2024 se estaría determinando más o menos en febrero o del 2023.
Después de tomar posesión del encargo, “el nuevo Presidente” sólo gobernaría aproximadamente un año ocho meses. ¿Valdría el costo de casi $32 000 millones de pesos, por ese periodo de mandato? La realidad es que ni tiempo de establecer estrategias de gobierno tendría ese nuevo Gobernante. Su única misión sería la entrega-recepción a la administración 2024-2030.
Por último pensemos como ciudadanos.¿Cuántos mejor se van al fútbol ? o a lo que sea menos a votar. Lo bueno es que las votaciones son cada tres y seis años.
Ahora imagine usted, una consulta este 10 de abril 2022, otra posible elección en febrero del 2023, y desde luego la Elección Presidencial Constitucional en junio de 2024. ¿Aguantarnos los mexicanos un calendario electoral así?
Seamos honestos. No es fácil organizar una elección y menos si dependemos de funcionarios de casillas que son ciudadanos pocos participativos. Hay que recordar cuántas veces algún vecino, familiar o amigo se les “esconde” a los del INE para no ser funcionario.
Creo en mi mas humilde opinión que este ejercicio de Revocación de mandato no es rentable para el país ni económica, ni administrativamente.
Ahora bien.
Claro que para el Presidente si es rentable, a razón de que a través de esta consulta promocionará su imagen y la de su partido. Como “anillo al dedo” todo en vísperas de la elección Constitucional del 2024. Mejor aún está consulta le permitirá hacer un ensayo del panorama que puede enfrentar en el 2024.
A través de esta consulta López Obrador sabrá si es capaz de movilizar sus huestes. Sabrá en qué regiones sí le favorece el voto y en cuáles no. Para con ello fraguar su estrategia electiva. Lo mejor de todo, no le costará ni esfuerzo ni dinero alguno. Ni a él, ni a su partido, porque será con recurso público y con responsabilidad para el INE.
Después de esto, piensa usted que la decisión de NO IR A VOTAR en la consulta de REVOCACIÓN DE MANDATO es una mala decisión? Yo pienso que no.
NO IR A VOTAR -por está ocasión- es la mejor opción. Indiferencia ante el hartazgo de los intereses personales de ganar-ganar del Presidente. La revocación de mandato en nada beneficia a los mexicanos.
Nos leemos la próxima semana…