
La verdad sobre el problema de los comerciantes ambulantes indígenas.
Por Jerónimo Gurrola Grave.
Muy comentado ha sido entre la ciudadanía, entre ellos varios integrantes del Movimiento Antorchista, el tema muy difundido en los medios, sobre todo en redes sociales, que al parecer ha llegado hasta el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, derivado de los golpes y encarcelamiento de ocho comerciantes ambulantes indígenas, que para sobrevivir, trabajan en la venta de artesanías, en las calles del centro histórico de la ciudad.
Varios Antorchistas me han manifestado su solidaridad con los comerciantes y su disposición a protestar en su respaldo y lo celebro, porque aunque el concepto de pueblo ya está muy “acorrientado”, éste debe solidarizarse con el pueblo mismo, desprotegido y marginado, como
sus hermanos, los ambulantes, indígenas o no.
Sin embargo, en mi opinión, para entender mejor este problema, competencia de todos, es necesario hacer algunas precisiones.
En primer lugar, que los comerciantes, especialmente los indígenas, sólo por pertenecer a los llamados pueblos originarios y ser de condición humilde,
indebidamente, lamentablemente, son marginados por la sociedad, incluidos los políticos y gobernantes que demagógicamente los utilizan en sus campañas políticas, y no es de ahora.
Quien lo dude, tenemos el ejemplo de Don Benito Juárez, perseguido por ser indio zapoteco.
En segundo lugar, por pertenecer a la clase social baja desde el punto de vista económico, se les niegan las oportunidades y sus derechos. En Querétaro y en todo México sólo hacen negocio los políticos “importantes”, los de la clase política.
Finalmente, los comerciantes ambulantes, vendedores de la muñeca Lelé y otras hermosas artesanías, encarcelados el pasado sábado 26 de octubre por la policía municipal “al aplicar el protocolo”, pierden por partida triple, porque también, no le hagamos; perversamente, son utilizados como carne de cañón, cuando menos por algunos grupos y partidos para sacar “raja política”, contra el partido gobernante.
El antorchismo queretano duró más de seis meses plantado frente al Palacio de la Corregidora por un tema sensibilísimo, como el de la falta de agua potable, considerado como un derecho constitucional y humano, para varios pueblos de Maconí, que nunca nadie había defendido, y los políticos y medios defensores de los humildes que hoy vemos, para evitar pronunciarse, le
sacaban vuelta a Plaza de Armas.
¿A poco no?
Llamamos al pueblo a organizarse y a luchar con todo por sus derechos, como el de los comerciantes indígenas detenidos, para quienes reclamamos a las autoridades, alternativas de empleo y libertad para comercializar sus artesanías y a contar con una vida digna, igual que todos los mexicanos, pero también los llamamos a no prestarse a ser objeto de manipulación por políticos oportunistas.
jerogurrola@yahoo.com.mx
@jgurrolag1