Gobierno olvida acuerdos con pueblos de Cadereyta
LA ESTOCADA/ Jerónimo Gurrola
Nadie duda que el proyecto Acueducto II iniciado en 2007 es una de las obras más importantes del gobierno estatal para resolver la necesidad de agua, en ese entonces, de casi un millón habitantes de Querétaro y su zona metropolitana, trasladándola desde el semidesierto de Cadereyta de Montes. Técnica, económica, ecológica y socialmente fue un excelente proyecto de 123 kilometros de longitud realizado con participación de los gobiernos federal, estatal para atajar las necesidades de la capital, suspendiendo la operación de 40 de 83 pozos y permitiendo su recuperación en beneficio de las nuevas generaciones.
Hasta aquí todo bien. Ganan las constructoras, las industrias y el gobierno. Pero lo que no se dice es que por autorizar los derechos de paso y permitir afectaciones a la flora y la fauna, a las comunidades afectadass se les hicieron muchas promesas de obras de infraestructura que hasta hoy no se han cumplido: drenaje pluvial y sanitario en la cabecera de maconí, mejoramiento de caminos de los pueblos, luz eléctrica y llevarles agua a sus casas, que a 18 años de distancia sólo la ven pasar por enormes tubos.
Después de varios intentos por su cuenta y acompañados de algunos liderazgos, sin logrardo, ya organizados en el Movimiento Antorchista, han realizado infinidad de mesas de trabajo con los funcionarios de la CEA, lográndo importantes acuerdos para resuelver su sueño: contar con agua en esa contradictoria región, rica por contar con yacimientos de plata y cobre que explota el capital extranjero y al mismo tiempo avara para las miles de familias que sobreviven con un miserable salario, entre contaminación ambiental y de sus tierras, y sin más agua que la que transportan en garrafones en largos recorridos en burro.
Siguen pendientes los acuerdos tomados recientemente de reubicar 243 familias de El Huizache, La Blanca, Las Joyas, La Luz, El Torno, Tierras Coloradas, Cerro Colorado y El Hortelano; la terminación del proyecto, Taxidhó-Deconí, parado desde hace seis años a pesar de haber contado con un presupuesto de 81 millones de pesos de la federación y el estado, en beneficio de las comunidades, La Veracruz, Nuevo San Joaquín, Rancho Nuevo, La Honda, Los Lirios, Los Martínez, El Timbre, La Mohonera, Santo Tomás y Divisadero; construir el proyecto para las comunidades, El Suspiro y El Limón, delegación El Doctor, y un disparo directo del Acueducto de 300 metros cúbicos para abastecer a las familias de la cabecera municipal.
Al gobierno no se le ven ganas de resolver. Por eso los pobladores cadereytenses permanecen en improvisados campamentos, bajo los abrazadores rayos del sol, el calor y la lluvia, en las instalaciones del Acueducto II, exigiendo el cumplimiento de estos acuerdos y de su derecho humano de contar con agua. Esta vez no se doblarán, dicen, y les creo!
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@jgurrolag1