
Apuntes eléctricos trisoleros
LOTERÍA/ Arturo Hernández

La trascendencia de los calendarios puede palpitar una estación de blues, incitar un enjambre de sonidos en un grandioso viaje por el rock and roll, donde las posibilidades del sentimiento se funden en atmosferas pervertidas de cotidianidad, bajo el endeble ambiente que inunda los párrafos de la historia.
En esta provocación de recuerdos, se esconde en mi memoria los ayeres sublimes de una banda rockera que descubrí en los instantes arrebatados de mi niñez, cuando el eslogan era la confabulación contra el tiempo.
En mi imaginario infantil pervive aquella fiesta familiar amenizada por el “Sonido Rolas”, representativo ente con su incipiente potestad auditiva y de iluminación, quienes entre sus sesiones de rolas complacientes, también deslizaban en sus tornamesas melodías de los grupos rockeros de antaño, de la mano de agrupaciones que en esos momentos taladraban el interés entre los jóvenes.
Dentro de ese desfile musical se dejaban escuchar canciones que daban acento a una temática más acorde a la realidad social de esos días. “Chavo de Onda”, “Déjenos gozar”, “Nuestros impuestos” “Que viva el rock and roll”, entre otras rolas que daban identidad a una banda llamada Three Souls in My Mind.
Tintes de denuncia social, de esa que se inscribe con mayúsculas, con la promulgación del ser y del existir, con la rebeldía a cuestas, empuñando la rabia, desempolvando el guiño de la propuesta con el sacudir de la protesta.
La cultura popular con adjetivos, con gestos que traspasan la risa, ataviados con el color de la música, la inventiva que se desahoga, la que nunca se extingue, al contario surca generaciones, haciendo del tiempo la militancia en la conciencia colectiva.
Así en este peregrinar de sonidos, entre una amplia ruta entre tocadas y discos se fue forjando su nombre. Eran tiempos acotados, de persecuciones contra el rock, cuando los espacios de beligerancia musical eran los “hoyos fonqui”, la resistencia, el aferramiento como instrumento de sobrevivencia, traspasando los oídos de la radio comercial, desnudando el conservadurismo imperante de esa época, indolente al latir de los cambios sociales que se estaban tejiendo en nuestro país.
Three Souls In My Mind significa una batalla constante, impregnada de esfuerzo, de una pasión a edificar una respuesta musical a las inquietudes de los jóvenes y su apuesta por las libertades, en contra de la sin razón y el actuar represivo de quienes ostentaban el poder en esos momento.
Pero también esta legendaria banda es sin duda una referencia trascendental en la construcción histórica del Rock Mexicano. El TRI de Alejandro Lora es otra cosa…
(Homenaje a Three Souls In My Mind por sus 53 años cabalgando en el universo del rock and roll.)